La idea «bomba» en su dimensión platónica.

La introducción al libro era una bomba. No algo figurado, no. Era una bomba física. Es algo difícil de entender, un concepto treméndamente abstracto, ya que una bomba no cabe dentro de las tapas de un libro, pero es por sí misma la introducción. Estabas hablando con el escritor y en un momento dado dice, con las cejas arqueadas y asintiendo:

-Eh…sí, sí, la introducción a mi libro es una bomba-.

Y al instante comprendes que lo que dice no es algo figurado, sino que de alguna forma el ente o la idea «bomba» está desvinculado del libro a modo de introducción. Es un concepto platónico relativo al mundo de las ideas y la esencia de éstas que pocos pueden entender. No es una bomba encima de un escritorio, no lo imagines así, no tiene ningún tipo de impureza, nada la rodea, únicamente espacio, y ese espacio no existe, sólo existe la bomba. Todo esencia.

Eso es la introducción, una idea física que puedes tocar, y con toda seguridad estallará y te matará antes de leer el libro. El libro da igual, no tiene ninguna importancia… iba sobre el musgo o algo así, pero eso no importa, la introducción era una bomba que estallaba muy fuerte. Esto no significa que al abrir el libro todo saltara por los aires, el explosivo (he querido evitar decir «explosivo» porque no es esto, es una bomba), no está dentro del libro, esta desligado de éste, y de alguna manera estalla de forma físicamente figurada en algún lugar extraño y perdido en el que tú también estás.

Todos se preguntan donde diablos te has metido. Saliste a comprar un libro y nunca volviste. No se si me he explicado, pero es eso:

La introducción al libro era una bomba.

Platón sí lo entiende.

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