(Está conduciendo por una carretera rural, su mujer está sentada como copiloto. Saca el móvil del bolsillo, teclea y se lo pone en la oreja)
-¡Ey Fermín! No hombre, no pasa nada. No, no, no nos hemos dejado nada, solo te llamaba para darte las gracias, que ha estado genial la fiesta. La habitación genial, sí sí, comodísima, mejor que en mi casa (ríe).
No hombre no, qué van a molestar los pájaros, como en el campo no se duerme en ningún sitio. ¡En tu casa se está en la gloria Fermín! (ríe)
Las chuletas riquísimas eh, la próxima cena en mi casa eh. Oye ahora que me acuerdo, que creo que le pasa algo a tu lavadora. Sí sí, que cuando pasé antes por el cuartito a coger una toalla me pareció que hacía un ruido raro, como que goteaba o algo así.
Bueno, Fermín te dejo que me va a coger la guardia civil si no (ríe). Venga Fermín hasta otra.
(La noche anterior)