Olimpiadas raras. Competiciones muy extremas en las que todo vale; en las que ser el mejor no importa porque siempre puedes ser el más tramposo. Deportes rechazados por la ONU pero jugados en patios de colegio de todo el mundo, atletas marginales con muñones y aliento cazallero.
No hay árbitro, no hay reglamente ni federación; no hay ni siquiera equipos. Solo hay dos subnormales pasándolo bien. No hay ni ganadores ni perdedores, esto no es ajedrez. Esto es Ensalada con Talibán.