Ese clásico tablero de juego que todos tenemos en casa y tiene un parchís en un lado y una oca en el otro y en su versión más avanzada tiene un ajedrez y un backgammon (sin estrenar).
No finjas que no sabes de qué hablo, si no tienes uno en casa es por que eres una mujer (u hombre) del siglo XXI pero seguro que había uno en casa de tus abuelos. Hoy día es difícil encontrar un tablero dedicado en exclusiva a un solo juego, como si por una vez el mercado si hubiese guiado por la eficiencia y el ahorro en lugar de la avaricia. O quizá se trate de todo lo contrario y el tablero dual parchís/oca fuese de hecho una maniobra mercantil con la que una corporación multinacional dedicada a la juguetería ha arruinado y eliminado del mercado a otros fabricantes que preferían crear un producto más limitado sí; pero más honesto y noble.
Yo no he vivido personalmente la época de los tableros monojuego pero estoy seguro que eran tiempos mejores que los actuales; tiempos libres de discusiones familiares sobre a qué juego jugar en las sobremesas navideñas; tiempos en los que las familias estaban más unidas y nos divertíamos con cosas sencillas como lanzar dados y mover fichas de colores.
Pero ya no estamos en esos tiempos, estamos en el futuro y tenemos que huir hacia delante y no fijar la vista en un pasado idealizado de tableros limitados a un solo juego; vayamos más allá del tablero de dos juegos y aprovechemos todas las posibilidades que da el volumen del tablero.
Juegos de mesa nuevos que se juegan en los cantos del tablero, juegos diseñados específicamente para la limitada superficie de las aristas del tablero.
Llegarán entre vítores anunciando sus grandes ventajas, clamando que son la revolución en el mundo de los juegos de mesa y que hasta la llegada del tablero con tres juegos ninguno sabíamos lo que era jugar de verdad. Intentarán engañarnos igual que nos engañaron antes obligándonos a comprar un tablero dual cuando odiábamos el parchís pero esta vez será peor pues tendrán que inventar una nueva mentira a cuatro colores con la que atarnos y obligarnos a bailar a su son.
No conozco el futuro, no sé qué clase de juegos serán estos ni cómo se jugaran pero esos juegos están por venir y debemos estar preparados para ellos.
«Aquí hay sabiduría: El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.»
Apocalipsis 13-18
Me da pena del backgammon
A mi también, la mayor parte de la gente no sabe cómo se llama, prácticamente nadie sabe jugar, sus fichas son usadas para jugar a las damas y encima en toda la entrada solo le dedico una frase.
Deberían hacer campaña en los colegios para recuperarlo.
Poseo yo, un tablero impreso por los dos lados, en el lado A hay un tablero para jugar ajedrez y damas españolas, en el margen del tablero se encuentran las casillas de un Turista (A.K.A. Monopoly), en el lado B comparten espacio un juego de la OCA y un serpientes y escaleras.
Esta aberración tiene muchas deficiencias por que las serpientes se alimentan de ocas.
La parte más humillante es que el empaque incluía palillos chinos una baraja inglesa y ni un solo dado.