Barreando.

barTu amigo llega tarde y estás empezando a arrepentirte de haber pedido el café antes de encontrarte con él. Te pareció una buena idea, te sentiste aventurero e independiente demostrando al mundo que a tus setenta años aún puedes sentarte en una cafetería y ser el rey del mambo.

Pero el café se está poniendo tibio porque te lo estabas tomando despacio creyendo que tu amigo estaba al caer pero no llega el muy hijo de puta y tú pareces el típico viejo senil que va a los bares a hacer ruido con la cucharilla para que le hagan caso.
Te tiemblan las manos de miedo, sudas de pánico ante la idea de que algún cliente llame a una ambulancia y acabes muriendo en un asilo por culpa de unos trabajadores sociales bienintencionados.

De puro nerviosismo empiezas a hacer tonterías con lo que encuentras en la barra, figuritas retorciendo servilletas, estructuras de palillos, pequeños bodegones con las tapas… Lo que sea con tal de que no parezca que te has perdido y no sabes dónde estás. Arte muy íntimo, piezas muy personales que consiguen la admiración del resto de clientes, toda la fama y el respeto que no habías conseguido hasta ahora llegan de golpe1 gracias al imbécil de tu amigo.

No hacer arte, ser un septuagenario con síndrome de Asperger y construir un reloj plenamente funcional usando solo palillos y restos de comida. Que tu amigo llegue cuando has conseguido que una aceituna suene como un timbre para servir de alarma. Mandar a la mierda a tu amigo y estamparle el relojillo en la cara para que aprenda lo que es la puntualidad.

1Morir de eso

 

2 comentarios en “Barreando.

Suelta lo tuyo

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s