Nuevo orden.

Mejoremos el mundo, rechacemos los prejuicios que llevamos arrastrando desde hace siglos, es la hora de renovar el lenguaje y desterrar los tópicos que rigen nuestra vida.
Busquemos nuevas formas de ordenar la sociedad, sin tener en cuenta el color del pelo o el sexo de los demás, las rubias serán más o menos tontas y está claro que los bizcos no son de fiar, pero vayamos a lo que de verdad importa que es si el lóbulo de tu oreja está conectado o no con la cabeza.

2012-03-19 14.04 Earlobes 0Detalles muy específicos y visuales que determinan tu inteligencia a ojos de los demás para que no tengas problemas de expectativas o prioridades.
Una sociedad nueva, libre de prejuicios raciales y sexistas en la que nadie se cree mejor que nadie por razones arbitrarias, si no por datos puramente científicos.

Trabuquete.

Nuestros mayores sufren un desgaste muy severo en sus discusiones de barra de bar, sus cuerpos gastados no pueden aguantar horas de debate tomando carajillos, solysombras y manchaos; con el calor de el verano el problema se agrava y corren grave riesgo de deshidratación intentando mantener un ritmo de cháchara que es incompatible con su edad.

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Para proteger ese valor cultural que son nuestros abuelos propongo recuperar los tradicionales duelos a muerte con trabuco español y así evitar que las discusiones de bar dejen a los vejetes secos y arrugados como momias.
Salva a un viejo de morir agotado y deshidratado poniendo en sus manos un trabuco para que mate a su rival dialéctico a tiros; dos viejos entran, uno sale.

Tenemos que elegir entre un abuelo muerto a trabucazos o dos muertos por el esfuerzo físico de discutir sobre política; las matemáticas dicen que la solución correcta es el trabuco.
Cuando la medicina y farmacología moderna no tienen nada que hacer solo nos queda la tecnología bélica de hace doscientos años, armas sencillas para solucionar nuestros conflictos de una forma limpia y sana sin necesidad de alardes tecnológicos ni diseños minimalistas o superficies acolchadas.
Un arma rústica y noble para problemas simples y cotidianos

Trabucos cargados con metralla barrida del suelo del bar, porquería tradicional española usada como munición: servilletas arrugadas, cáscaras de cacahuete, huesos de aceituna, palillos mordidos y cabezas de gambas rechupeteadas.
Metralla ecológica y castiza para matar a coste cero.

Joder, cargar un trabuco con escupitajos de abuelo; matar a alguien disparando un lapo bien espeso.

Crucifixión hoy II

¡Si quiere saber más sobre la crucifixión sigue el link!
¡Crucifixión hoy!

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Crucificar a gente fiestera, a gente joven y gambitera que una noche está tomando unas copas por ahí y de pronto por la mañana se encuentran clavados a una cruz en medio del monte; crucificado y con resaca además.
No se le crucifica por salir de fiesta, se le crucifica por que sí, para completar el cupo de crucifixiones diarias.

Es una crucifixión limpia, rápida, casi quirúrgica. No hay maltrato ni abuso de poder, no recibe golpes de más, solo tres buenos martillazos que lo dejan fijado a la madera. Se busca evitar la violencia; esta crucifixión no es un castigo, es un mensaje a la sociedad.

El joven crucificado solo ha tenido mala suerte, esto le podría haber pasado a cualquiera; la crucifixión no discrimina a nadie, nos pone a todos igual. Las horas de gimnasio, los tatuajes étnicos y los vaqueros caros no te hacen ajeno al mundo de la crucifixión; las modas del siglo XXI no te distancian de la madera y los clavos.
La crucifixión es algo intemporal.

DSC_0674Joder, que le den la vuelta al reloj al crucificarle, que se lo giren en la muñeca para que la esfera quede hacia afuera, para que pueda mirar la hora estando ahí subido.

Crucifixión hoy

La civilización humana ha perdido el rumbo, corremos por el planeta dando vueltas en círculos como una gallina que ha bebido demasiado café. En los últimos años hemos adoptado las costumbres más autodestructivas y denigrantes que podríamos haber imaginado jamás, estamos haciendo realidad las pesadillas de nuestros antepasados rechazando la libertad por la que murieron para idolatrar a nuestros teléfonos y ordenadores.
Necesitamos recuperar valores que hemos olvidado, valores más sólidos y duraderos.

¡Crucifiquemos!

Arreglemos el mundo con clavos y madera, enderecemos nuestras vidas clavados en cruces enormes. La crucifixión trajo el cristianismo hace dos mil años, veamos qué puede darnos hoy. No la tratemos como si fuese un bárbaro método de ejecución; la crucifixión es una vieja amiga, redescubramos sus bondades.

Crucifiquemos a gente de hoy, crucifiquemos a gente con vaqueros y camiseta, a gente del siglo XXI, crucifiquemos a gente con gafas, a gente con tatuajes, con piercings.
Que no haya confusión. La crucifixión no está motivada por las gafas o los tatuajes; eso no es razón para crucificar (a veces sí). Pero el ser un moderno no te hace tampoco ajeno a la crucifixión.
La crucifixión pasa. Si no quieres ser crucificado ten cuidado. No digas estupideces y si las dices intenta que tengan gracia o que al menos no te escuche nadie. Y recoge la mierda de tu perro cuando lo sacas a pasear. Cerdo.

Seguro que todos somos mejores personas si vivimos con el miedo a ser crucificados. Quién sabe cuantas tragedias se podrían haber evitado solo con exhibir unos trozos de madera con gente clavada en ellos.

Un aviso.
No convirtamos esto en un festival para recrear cosas pasadas hace dos mil años. Los dioses no existen así que descartad ya la posibilidad de presenciar un milagro mientras clavamos a alguien en su cruz, no esperéis voces tronando desde el cielo ni rayos de luz. No habrá efectos especiales.
Solo habrá clavos enormes y madera astillada.

Alimañas.

Los Soler, un matrimonio joven lleno de frescura, están casados y se quieren pero también disfrutan de la vida y las comodidades de la vida moderna. Tiene un hijo aún más joven y fresco que ellos mismos pero eso no les impide mantener una vida social adulta y dinámica.

Aunque son gente de hoy, libres de prejuicios y amables por naturaleza; también tienden a la paranoia cuando se trata de dejar al niño al cuidado de otras personas.
Tienen miedo de contratar a una niñera que descuide a su hijo por estar inyectándose heroína en el baño. Saben como funciona el mundo, saben qué clase de gente hay ahí fuera, saben que la heroína ha vuelto. No quieren que una adicta queme la delicada cabeza de su hijo con cigarrillos. De hecho ni siquiera se fían de sus amigos porque saben que habitan monstruos dentro de todos nosotros.
Han visto mucho snuff, mucho gore, mucho Lars von Trier; tienen docenas de dvds sin título ni caratula que han comprado sin factura en sexshops de otra comunidad autónoma.
Ojalá pudiesen mantener la oscuridad lejos de casa pero es imposible.

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Un día compran unas cámaras ocultas con forma de cucaracha que les permitirán saber qué pasa en su casa. No se mueven, no son cucarachas robot ni cibercucarachas ni nada parecido. Joder, eso ni siquiera existe.
Solo son cámaras diminutas con forma de cucaracha, muchas cámaras. Compran un montón, se llenan los bolsillos con ellas y las van dejando por la casa escondidas para cubrir todos los ángulos.

Un par de días después unos amigos les invitan a un restaurante angoleño (son gente muy de hoy) y durante la cena prueban el sistema de vigilancia desde sus teléfonos para ver qué tal se porta la niñera de esa noche.
Y la chica se droga por supuesto. No se pincha heroína, no joder, eso es malísimo; no está tan loca. Solo se mete un tripi, un pizquita de LSD para que la noche pase más rápido después de haber acostado al niño.

El problema es que según le va subiendo el tripi va aumentando su nivel de paranoia al creerse observada. Los Soler y sus amigos dejan de prestar atención a su cena para disfrutar de la pequeña película de terror que se está desarrollando en la casa.
En un momento dado descubre una de las cámaras cucaracha y aterrada por las monstruosas visiones que le induce el LSD corre por la casa buscando un lugar en el que esconderse, carreras histéricas de un lado a otro de la casa viéndose siempre rodeada por las cucarachas espía. Acaba encerrada en el baño llorando con los ojos cerrados aterrada sabiéndose rodeada de esos bichos.
Los Soler continúan disfrutando de la película y de la cena tranquilos sabiendo que su hijo está bien.

Joder, que realmente la chica hubiese maltratado al niño y aún así los Soler hubiesen encontrado algún tipo de placer al verlo a través  de las cámaras. Que apreciasen valor cinematográfico al visualizar abusos sobre sus hijos. Que lo comenten con sus amigos mientras cenan.

Especialización.

Una frutería estricta, solo venden frutas. No venden verduras, ni tubérculos, ni pan, ni huevos, ni encurtidos, ni especias, ni legumbres, ni setas. Solo frutas, no pidas otra cosa porque no te la van a dar.

Si pides otra cosa los dueños reaccionan de forma muy violenta. El cartel dice claramente «frutería», cuando entra alguien preguntando por algo que no es fruta (pedir una lenteja) se lo toman como un insulto a su negocio.

– ¿Es que toda esta fruta no es suficiente para ti? ¡Come fruta!

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Reacciones violentas, reacciones SAW; te matan usando fruta fresca. Muertes muy de thriller obligándote a a comer fruta para no morir asfixiado. Pero te matan eh, no hay salida por mucha fruta que puedas tragar.

Macarrada máxima.

brazoMírale qué duro ahí fumando en medio de la página como si fuera el dueño del blog, como si no supiera que fumar mata. Ojalá le pase algo, ojalá venga un poco de frío y se arrepienta de haber salido de casa sin chaqueta. Que estamos en noviembre joder, ojalá le entre gripe y se muera.

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Joder, que venga un camión (ese camión) y le atropelle muy fuerte.

brazo2Ostia al final ha venido el camión y le ha atropellado, por suerte no ha sido grave. Solo le ha seccionado el codo. El codo, no el brazo, ha perdido toda la articulación pero le queda justo un poco de piel y carne uniendo brazo y antebrazo. Todo eso producido por un atropello.
Al tío se la suda eh, él sigue fumando. Sigue fumando cabrón, a ver si te entra un cáncer.

Demolición pasional.

Vayamos a Fort Worth en Texas; vayamos a una de casitas de las series americanas con su jardín rodeado de una valla de madera, un buzón en medio del césped y la bandera de las barras y estrellas ondeando alta en el jardín.
Vayamos a la casa en la se crió Mark David Chapman el asesino de John Lennon.
Vayamos corriendo porque están a punto de demolerla para construir un Starbucks, démonos prisa que si no nos perdemos el espectáculo.

La van a echar abajo con una de esas bolas de demolición que cuelgan de una grúa, no va a haber una rápida explosión que acabe con el edificio; no no, va a haber golpes, va a haber violencia. No traigáis a los niños eh, podrían tener pesadillas después, esta es una experiencia visceral.

El operario de la grúa está muy enfadado, está fuera de si, se está hinchando, está aumentando de tamaño de la puta ira que tiene dentro. Insulta muy fuerte a la casa mientras la golpea con la bola, insultos muy fuertes lanzados a un edificio. Se desgañita gritando rabioso llenando de babas la cabina; gritos muy locos, muestras de ira muy incoherentes ya.
Joder, que se arranque la ropa y se cubra de pintura blanca de arriba a abajo como si fuera un guerrero ancestral y se mee encima de pura furia mientras derriba la casa.

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Son Goku lo tendría difícil en una pelea contra esta grúa.

Joder, que la grúa pueda canalizar toda esta furia hasta la bola y añada fuerza al impacto; no mucha, quizá un kilo o dos, quizá menos pero algo llega y pega más fuerte. Que salgan rayos de energía de la puta grúa, rayos rojo sangre además.

La cosa es que a pesar de este prodigio el hombre (caucásico, 30 años, heterosexual, ateo) de la grúa me sigue resultando risible con toda su pantomima de amenazas y desnudos gratuitos. No impresionas a nadie, al edificio le da igual todo y John Lennon nunca te va a dar las gracias por esto porque está muerto; de hecho está muerto desde antes de que nacieras, no sé por qué lloras tanto payaso.

Yesca.

Tu abuela es una maestra jugando a la brisca, es campeona en el pueblo y tiene un montón de trofeos encima de la televisión junto a las fotos de la boda. Si la brisca fuera un espectáculo de masas como lo es el poker tu abuela aparecería en los anuncios de apuestas en internet.

Cada vez que gana un torneo la cocina de casa se llena de señoras que beben anís y coñac y chismorrean mientas comen uvas pasas. También juegan a las cartas en esas fiestas, pero no juegan a la brisca, juegan a…Secuencia 01_5

¿Qué coño pasa? ¿Por qué está ardiendo esa señora? Yo no sé qué ha pasado, ¿Tú lo sabes? Pues eso, aquí jugamos todos en igualdad de condiciones.
La cosa es que salen llamas de la señora y todas se ponen muy enérgicas y se arremolinan a su alrededor sin decidirse a hacer algo hasta que tu abuela saca un tarro de sal gorda de un armario y lo vacía sobre su amiga.

Dice que la sal absorbe el calor, que es la forma más rápida de apagar un fuego. Que así es como se apaga la lumbre cuando no quieres que se consuman las brasas. Que hay que usar sal gorda porque la sal fina la hacen con plástico.
Está loca obviamente, le ha dado un ataque de demencia demencia senil y se ha liado a improvisar remedios tradicionales en un incendio; en un incendio en una persona, una persona mayor además.

Que el resto de señoras se suban al tren de la locura de tu abuela, que propongan cosas raras, que discutan mientras le aplican friegas con lavaplatos y gel de baño al mismo tiempo. Que discutan sobre cual de los dos productos debe ir encima del otro.
Joder, que una de ellas, una mosquita muerta que ni siquiera juega a la brisca, una que ni habla, que solo viene porque le gusta oír hablar a alguien mientras hace sudokus; que esa vieja con asperger proponga que le pongan por encima una manta empapada con orina porque la orina es hipoalergénica. Pero solo cuando está fría.