Luz en acción.

Un ayuntamiento muy empobrecido por la crisis está buscando nuevas formas de ahorrar dinero, formas novedosas y originales; ha sentado a todos sus concejales y asesores alrededor de una mesa muy (muy) grande, se han repartido copazos y puros y han empezado a decir sandeces.
Todo en plan reunión de Apple, muy de buscar innovaciones, muy de plantear la posibilidad de redondear las esquinas de los edificios, pintar todo de blanco y dibujar piezas de fruta mordidas en las fachadas para ahorrar. Pero no eh, no son tan estúpidos como para plantearse realmente que con eso pueden salvar la ciudad de la ruina.

No no, lo que proponen es reducir drásticamente el número de farolas que hay en la ciudad; de hecho proponen que haya una única farola en toda la ciudad. Una farola nueva, una farola con tecnología de la NASA, diseñada por un empollón guiri; un empollón ambulante que va poniendo parches por el mundo como si fuera el héroe de una serie de televisión. El loco este ha diseñado una farola con la que iluminar toda la ciudad; no es una farola gigante, con una farola gigante no podrías iluminar toda la ciudad, la luz no va a atravesar paredes por muy grande que hagas la farola, tampoco hacerla muy alta iba a arreglar nada. Eso no es innovar, eso es hacer el tonto; una farola grande no es el estilo de la NASA

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En realidad no se parece nada a una farola, en lugar de una farola normal, lógica, racional, con su pie y su bombilla lo que han instalado es una monstruosa bola luminosa flotante que da vueltas por la ciudad.
Una bola muy luminosa y muy rápida, tan rápida que ilumina simultáneamente todas las calles de la ciudad. Hablamos de velocidades superiores a la de la luz, hablamos de un objeto volante que sigue un circuito muy intricado recorriendo todas las calles de la ciudad cada noche del año.
Es prácticamente imposible verla, brilla demasiado y se mueve muy rápido, no vas a verla venir desde lejos porque es tan veloz que ya está pasando; está pasando todo el tiempo o quizás incluso se podría decir que está en todas partes a la vez. Una farola capaz de desafiar el espacio y el tiempo.

Es peligrosa eh, no vayáis a verla, no es un espectáculo turístico, no llevéis a los niños; la bola luminosa es tan rápida y tan grande que podría arrancarte a tus hijos de las manos y no volverías a verlos nunca.
La bola luminosa ha impuesto su toque de queda en la ciudad, nadie sale de casa de noche por miedo, por miedo a morir.

Pero sorprendentemente ahorran dinero, ahorran bastante dinero de hecho, ahorran varios miles de euros. Si no fuera económicamente viable no la hubieran hecho, no son gilipollas.