Tabaco crujiente, tabaco hecho con insectos, con insectos vivos; innumerables insectos liados en un cigarrillo bien prieto, patas y antenas diminutas comprimidas entre papel muy fino.
Nadie se ofende porque no hay maltrato animal, no hay especismo, no hay explotación. Hablamos de coger paletadas de bichos repugnantes y meterlos en envases al vacío, bichos que no tienen dignidad ni sistema nervioso. Animales sin voz ni voto, animales paria que están muy por debajo de ti pese a haber tenido millones de años de ventaja y un montón de patas de más.
Que se ponga de moda, que Johnny Depp sea fotografiado encendiendo uno de estos cigarrillos, que lo fume Shakira, que lo fume Merkel; mujeres muy sofisticadas, paradigmas de la liberación de la mujer del siglo XXI con el bolso lleno de bichos retorciéndose.
Joder, fumar una lombriz; fumar un anélido, una alimañana jugosa e ignífuga.
Que la investigación genetica desarrolle insectos fumables modificados para generar efectos como darte piel azul, darte un par de brazos mas o bajar de peso.
Mi tabaco favorito son los pitillos rojos anti-radiación de la película Screamers.