Costra fúnebre.

Cuando la abuela murió la catapultaron, la subieron en una catapulta y la lanzaron muy lejos, como a kilómetro y medio como mínimo. No la lanzaron al mar ni nada eh, la abuela aterrizó en un descampado de las afueras asustando mucho a unos niños gitanos que estaban jugando a tirarse piedras. Pero como niños que eran decidieron cambiar de juego y muy rápido montaron un entierro de teatrillo con uno de ellos haciendo de cura y las niñas haciendo como que lloraban. No cavaron ninguna fosa eh, se limitaron a meter a la abuela en una nevera y taparla con escombros.

No era un rito raro, no era ninguna tradición familiar; solo es que no tenían dinero para el entierro así que decidieron catapultarla lejos para que fuera problema de otro. De hecho apuntaban a un cementerio pero fallaron por muchísimo, habían apuntado a ojo y en realidad no tenían ni idea de cómo funciona una catapulta. No sabían nada sobre parábolas y contrapesos, se limitaron a montar el cuerpo de la abuela y darle al botón (una catapulta que funciona con un botón) a ver si salía bien. Y salió bien.

Que hubiera salido mal. Que la abuela en lugar de caer en una escombrera poblada por gitanos se hubiera estrellado contra la pared de un bloque de edificios; un impacto tan fuerte que quedara totalmente untada contra la pared, muy bien untada, ocupando toda la fachada. fachadaQue fuera aún peor. Que la mancha de abuela en la pared formase un retrato perfecto de ella en vida y fuera además visible desde casa de su familia. Que para toda la ciudad fuera un mural alegre y ellos tuvieran que mantener en secreto la mancha es en realidad el resultado de su intento de deshacerse de su abuela muerta.