Budismo y muerte

En el medievo decían que la muerte nos iguala a todos, pero eran gente atrasada, hoy en el siglo XXI tenemos una perspectiva más amplia del asunto y sabemos que no todos acabamos igual al morir. Cuando un budista muere no se limita a desaparecer o ir al cielo. El alma occidental se retira del mundo para siempre, pero para los budistas la muerte no es un final, es más bien un reinicio, una vuelta a empezar.

Un budista no muere tranquilo, no muere despidiéndose del mundo; va a la muerte como quien se va a otro país. Va a la muerte con planes, con ilusiones, tiene pretensiones; apunta alto para su nueva vida. Incluso el Dalái Lama, líder supremo de los budistas, fantasea con su próxima vida.
Difícilmente va conseguir una vida mejor, al menos no en términos budistas, ya es el puto Dalái Lama; pero le gusta imaginar que se reencarnará en alguien cachas. O al menos en alguien que no sea miope. En una ocasión dijo algo sobre que no le importaría reencarnarse en un robot, supongo que se refería a un robot tipo Bender, no a uno tipo fábrica de coches. 1342089056_1g

Que se reencarne en un cadáver. Que muera y se encuentre dentro de otro muerto, de un muerto negro por ejemplo. Un fallo muy gordo en la reencarnación, algo que pensaban que era imposible. No se metió en un bebé recién nacido, se confundió y se metió en un cadáver caliente.
El alma del Dalái Lama cruzándose con la de un muerto anónimo, un poco de baile al ir a entrar el Dalái Lama mientras el otro intenta salir; que se pidan disculpas el uno al otro.