Imitación

Tu novia imita muy bien a Felipe Gonzalez. Lo imita tan bien que tus amigos lo saben; pero hablamos de imitarlo bien, no de que sea gracioso. Hablamos de una imitación muy convincente del expresidente.
Pero lo imita con el ombligo eh. Muy bien imitado, gestos, miradas, voz; recrea toda la personalidad de Felipe Gonzalez usando el ombligo.

En el parque.

Estás en un sitio público, muy de relax, de aposentarse; en un parque sentado en un banco mirando a los pájaros. No esperas a nadie, solo estás dando un paseo y te apetecía detenerte un segundo. Entonces aparece un tipo, normal, se parece un poco a cualquiera de tus amigos, te inspira total simpatía; el tipo se te ha acercado a preguntarte la hora y estáis hablando de algo. Todo muy casual, muy normal; intercambiáis información, le has visto una chapa de una película que te gusta, está paseando a un perro majo; yo que sé, tú sabrás por qué te cae bien.

Súbitamente percibes una anomalía en su cara, estás detectando una transgresión muy fuerte en los rasgos humanos. El cabrón no tiene lengua. No hay nada dentro, tiene la boca vacía. Tienes que preguntarle muy rápido qué pasa, por qué no tiene lengua, cómo habla; tienes muchísima curiosidad y también muchísima vergüenza como para preguntar nada. Ese tipo es algo único, nunca verás nada parecido; es un milagro médico caminando. No puedes dejar de mirar ese hueco rojo, el tipo te ha hipnotizado con su charla calmada.

Antes de que te des cuenta el tipo se despide y se va; reaccionas tarde y no puedes ni despedirte. Te gustaría haber tenido valor y haberle preguntado algo; vas a tener esa espina clavada para siempre en el cerebro, el tipo te la ha clavado con una finta. No puedes creer que alguien pueda ir por la vida torturando a la gente así, haciéndoles intuir pliegues jodidos en la realidad para luego irse sin más explicaciones. Te sientes sucio, como si te hubiera asaltado un exhibicionista castrado.

¡Vuelve!

Taras y talentos.

vent

Los ventrílocuos son enfermos. No digo locos, no digo depravados; son gente con problemas reales. Detrás de cada muñeco de ventrilocuo hay un enfermo. Un enfermo que necesita al muñeco. Gente que no puede mover sus propias caras, que tienen una poker face fija, unos trazos mal dibujados, un huevo color carne con tres palitos. El muñeco son sus muletas, su perro lazarillo para la vida.

Nunca aceptaremos a un ventrílocuo sin muñeco, los rechazaremos y señalaremos como parias, nunca tendrán amigos ni se colarán en la cola del DIA; sin cara no eres nadie. Por nuestra culpa necesitan esos muñecos y de ellos viene toda su fama. Hemos convertido en un espectáculo su desgracia, estamos ofreciendo galletas al niño sin brazos en televisión. Y no, no hay galletas cuando se acaba el programa y vuelven a casa en metro con la mirada muerta fija en el suelo.