Demolición pasional.

Vayamos a Fort Worth en Texas; vayamos a una de casitas de las series americanas con su jardín rodeado de una valla de madera, un buzón en medio del césped y la bandera de las barras y estrellas ondeando alta en el jardín.
Vayamos a la casa en la se crió Mark David Chapman el asesino de John Lennon.
Vayamos corriendo porque están a punto de demolerla para construir un Starbucks, démonos prisa que si no nos perdemos el espectáculo.

La van a echar abajo con una de esas bolas de demolición que cuelgan de una grúa, no va a haber una rápida explosión que acabe con el edificio; no no, va a haber golpes, va a haber violencia. No traigáis a los niños eh, podrían tener pesadillas después, esta es una experiencia visceral.

El operario de la grúa está muy enfadado, está fuera de si, se está hinchando, está aumentando de tamaño de la puta ira que tiene dentro. Insulta muy fuerte a la casa mientras la golpea con la bola, insultos muy fuertes lanzados a un edificio. Se desgañita gritando rabioso llenando de babas la cabina; gritos muy locos, muestras de ira muy incoherentes ya.
Joder, que se arranque la ropa y se cubra de pintura blanca de arriba a abajo como si fuera un guerrero ancestral y se mee encima de pura furia mientras derriba la casa.

2013-11-05 13.19.34

Son Goku lo tendría difícil en una pelea contra esta grúa.

Joder, que la grúa pueda canalizar toda esta furia hasta la bola y añada fuerza al impacto; no mucha, quizá un kilo o dos, quizá menos pero algo llega y pega más fuerte. Que salgan rayos de energía de la puta grúa, rayos rojo sangre además.

La cosa es que a pesar de este prodigio el hombre (caucásico, 30 años, heterosexual, ateo) de la grúa me sigue resultando risible con toda su pantomima de amenazas y desnudos gratuitos. No impresionas a nadie, al edificio le da igual todo y John Lennon nunca te va a dar las gracias por esto porque está muerto; de hecho está muerto desde antes de que nacieras, no sé por qué lloras tanto payaso.