Ojo rojo.

Violencia como útil, como herramienta; violencia usada no para destruir o dañar sino como medio técnico para una idea. Joder, que la idea sea coger a otra persona y dispararla para tener un agujero seguro desde el que poder espiar a tus enemigos durante un tiroteo. Agujeros muy definidos por los que asomar el ojo mientras te mantienes a cubierto del fuego enemigo, agujeros en personas vivas.

Yo creo que eso pasa en la guerra, que está pasando ahora en África o Siria. No creo que sea una táctica militar, eso no se puede enseñar en las academias; si lo hiciesen los soldados se pasarían la guerra vigilándose los unos a los otros en lugar de matar al enemigo.
Es algo instintivo, una ocurrencia; un ‘¿Y si?’ que ha sucedido para cuando acabas de imaginarlo. Nadie se mete en un tiroteo guardando este as en la manga, no es algo que traigas planeado de casa.

Sencillamente pasa, esto pasa. Les pasa a policías bien entrenados que de pronto se encuentran pegando el ojo a ancianas ensangrentadas que les pegan bolsazos.
Joder, esto sucediendo en el medievo; arqueros lanzando flechas a bocajarro contra sus compañeros para después arrancarlas y mirar por el agujero, mirillas de carne seguras pero mucho más torpes que las contemporáneas.

Una vez que ha sucedido la vida vuelve a la normalidad, las heridas se tapan y los soldados siguen disparando en la dirección adecuada. No hay discusiones, no hay tiempo para tonterías en una guerra; el soldado agujereado no puede enfadarse con su compañero por hacer algo que él mismo hubiese hecho de habérsele ocurrido.
Todos cometemos errores, nos dejamos llevar por el miedo y actuamos sin pensar; es difícil enfadarte con alguien que ha hecho algo sin mala intención.

Shocka

Una de esas tiendas de artículos de bromas, esas tiendas donde venden pelucas, petardos y cojines que se tiran pedos cuando te sientas encima. Esta es una tienda de las buenas, de las de toda la vida; aquí encuentras cosas que no se tienen en las otras tiendas de bromas. venden productos artesanales recién hechos, aún calientes.

Su especialidad son unos polvos para gastar bromas, son unos polvos que te hacen sangrar por la nariz. Pero son inocuos eh, no pasa nada por echárselos a nadie.
Son perfectos para fingir que has tenido un accidente y dar pena a esa chica que tanto te gusta pero no sabes qué hacer para llamar su atención o para hacer creer a un amigo que algo se le ha roto por dentro.
Las risas están garantizadas, nada es tan gracioso como un buen chorretón de sangre cayendo por la nariz y tener que pasar un rato con la cabeza hacia abajo para evitar que se te meta por la garganta y te asfixie.
¿Nunca te ha pasado? Compra los polvos y vive la experiencia, compártela con tus amigos, reíros un poco.

Funcionan por olor, por mal olor. Está compuesto por microgránulos muy finos, muy atomizados; partículas invisibles que parecen inofensivas hasta que se te meten en la nariz y la hacen entrar en shock.
Son una obra de arte, no existe otro producto en el mundo que pueda hacer explotar el sentido del olfato. La ciencia ha inventado formas de dejarte ciego, sordo e incluso para reducir tu lengua a una masa de carne insensible pero hasta ahora nadie había conseguido meterle un buen golpe sensorial a la nariz.
Eso es lo que son estos polvos, una puñalada a la pituitaria, un ataque nuclear a tu olfato. No te hacen sangrar por alergia o por daños internos. Te hacen sangrar de dolor, tanto dolor que vas a querer arrancarte la nariz y tirarla lejos pero no lo hagas. Aguanta el tipo, intenta no manchar mucho y sonríe que ella está mirando.