Lo circo.

Un espectáculo cirquense cuya estrella es una mosca a la que han entrenado para que pase a través de un aro de fuego y se pose en una mierda.

mosca y fuego y mierda
La mosca atraviesa el aro de fuego muy rápido para evitar chamuscarse las alas, pasa tan deprisa incluso desde la primera fila solo apenas se distingue su vuelo.

Pero es real eh, hay mucho trabajo aquí; mucha voluntad para enseñar a una mosca a cruzar entre las llamas, mucho valor también por parte de la mosca para enfrentarse a la muerte cada vez..

Que en realidad no haya ninguna mosca y sea todo un truco barato para engañar a la gente y hacerles aplaudir a un trozo de mierda en medio del escenario; mierda que de hecho es del supuesto entrenador de la mosca.
Que consiga placer sexual con todo esto, que pueda masturbarse recreándose en esta pequeña estafa.

A mi me parece bien eh, no veo que haga daño a nadie; hay más espectáculos en el circo, esto no es más que una pequeña parte. Nosotros nos sentimos inteligentes al comprender el truco y él alcanza el orgasmo enseñándonos sus heces.

Cumpleaños en el hospital.

El hijo de Bill Gates es ingresado por una apendicitis la víspera de su cumpleaños. La fiesta se cancela, pasará la noche en el hospital y ni siquiera podrá tomar tarta por la anestesia, con suerte estará fuera del hospital la noche después de su cumpleaños. Aquella noche en el hospital la pasa muy triste y nervioso, le cuesta mucho quedarse dormido aunque está muy cansado y de pronto tiene muchas ganas de mear y decide salir con mucho cuidado de la habitación.

Joder, parece que el puto circo está visitando el hospital, el pasillo está lleno de payasos, músicos y malabaristas que le dan globos y lo llevan hasta el ascensor, donde hay un payaso obeso disfrazado de botones. En la cafetería encuentra a sus padres y sus amigos del colegio que le cantan el cumpleaños feliz cuando entra. Empiezan a hacer juegos de cumpleaños, como ponerle la cola al burro, hacer muñecos con globos y jugar con ellos; un grupo de payasos disfrazados de médicos y pacientes hacen números y acrobacias con cosas del hospital, incluso hacen una carrera de sillas de ruedas llevando a los niños por los pasillos del hospital.

Más tarde vuelven a la cafetería donde les espera una tarta muy grande con montones de velas encendidas, se reúnen todos en torno a la tarta y le vuelven a cantar el cumpleaños feliz mientras se preparan para servirla. Entonces, cuando el niño abre la boca y se echa hacia atrás para coger aire y soplar las velas alguien desde su espalda le pone un pañuelo con cloroformo en la cara y cae desmayado.

Al día siguiente despierta en el hospital con una cicatriz en el vientre y su apéndice en un tarro en la mesilla.