Te hacen pasar a la parte de atrás cuando no quedan más clientes en la tienda, así es como se hacen las cosas entre profesionales. Te presentaron al señor Llopis la semana pasada y esta mañana te ha llegado un SMS avisándote que el trabajo está hecho. Te sientas frente al escritorio y pones la segunda mitad del dinero sobre la mesa.
Llopis saca una botella de vino y la pone tumbada sobre la mesa. Dentro de la botella está tu nuevo DNI, con los datos que habíais acordado y la foto que te sacó en la trastienda la semana anterior. Se dice que Llopis es el mejor falsificador de Barcelona y al ver el resultado es imposible negarlo. Todo el carnet ha sido hecho dentro de la botella, Llopis tiene herramientas especiales, específicas para poder usarse a través del cuello de una botella, incluso ha metido el chip en el DNI y ha hecho las marcas de agua. Es difícil examinarlo a través de la botella, pero parece una falsificación perfecta; en la cara de Llopis no hay sonrisas de orgullo ni satisfacción, tiene la cara seria de un profesional que sabe que ha complido con su trabajo.
Pagas y coges la botella con tu nueva identidad, te la guardas en la chaqueta intentando no parecer un borracho bebiendo vino por la calle y decides que es una estupidez llevar por un lado la botella con el DNI y por otro la cartera con el dinero; así que vacías la cartera y metes con mucho cuidado los billetes y las monedas por el cuello de la botella. Ahora al andar haces un montón de ruido y seguramente tengas problemas para sacar el dinero cuando tengas que pagar algo, pero joder, caminas con el sentimiento de quien tiene unos zapatos nuevos, un poco incómodos pero muy bonitos.