Problema médico.

Estornudar pelo, estornudar grandes bolas de pelo empapadas de moco. Grandes eh, grandes como un corazón humano, cantidades de pelo inesperadas, aparentemente mayores que el pelo visible.

Cuando te suenas los mocos en un pañuelo tienes que vaciarlo después en una papelera, tienes que deshacerte de las bolas de pelo; no puedes guardarte pañuelo y bola de pelo porque harían mucho bulto y parecería que tienes una esponja en el bolsillo.

Pelo medieval.

En un castillo francés unos tipos están vaciando tumbas, llevan semanas a pico y pala cosechando muertos viejos. No es por dinero eh, son arqueólogos; están desenterrando muertos medievales con la mejor de las intenciones, solo quieren conocer más sobre el pasado. Ya tienen una buena colección, tienen monjes gordos, camareras tetudas y pajes flacuchos, un repertorio de gente medieval bastante variado. Entonces un día encuentran algo nuevo, al abrir una tumba no encuentran un esqueleto humano, ni una momia reseca; encuentran una especie como de molde de pelo.

Es un sarcófago de piedra, de piedra buena, un sarcófago de ricachón pero al ricachón no se le ve por ninguna parte, solo hay pelo, pelo ordenado con forma humanoide, parece el cadaver de un peluche gigante y deforme, parece la mascota olímpica de Chernobil 2032. Pero no es un peluche eh, está duro; es pelo duro, muy sólido y muy suave a la vez. Y no está lleno de nada, está hueco como si fuera un disfraz de pelo sólido, de pelo humano sólido.

Una armadura de pelo del siglo XI, un noble muy loco que se peinaba así, se peinaba como una armadura, con capas de pelo cubriéndole el cuerpo; un peinado muy ceñido, muy ajustado, como si fuera un traje elástico pero es todo pelo engominado. Bueno, no es gomina, no existía la gomina en el medievo. Es una mezcla rara de alquimista, una mezcla con miel, cola, mocos y cualquier cosa para fijar el cabello. Capas y capas de gomina medieval y pelo hasta conseguir una resistencia extrema capaz de detener una espada; un proyecto que podía parecer imposible, pero solo necesitaba voluntad para llevarlo a cabo. Voluntad y pelo, mucho pelo, montones de pelo, el pelo de toda una vida e incluso pelo de sus vasallos; pelo rubio y pelirrojo para hacer filigranas, el puto loco hizo traer pelo de fuera para hacerse una armadura.

pelo

Así que exponen la armadura en un museo; la llevan al museo y la ponen en una vitrina para que la gente vea esa locura medieval. La gente se agolpa para verla, se pierden las formas y la educación, se pegan por ver ese espectáculo de feria. Se corre la voz, se habla de ello en los telediarios; en telediarios de otros países.

-¡Vayamos todos a ver la armadura de pelo.!
-¡Mira cuánto pelo!
-¡Todo eso es pelo medieval!

Miles de personas van al museo solo para ver esa mierda, hacen cola durante horas y se quedan con la boca abierta frente a la asombrosa armadura de pelo. Y joder, un día cuando la exposición ya lleva mucho tiempo, un día la armadura se empieza a mover; de pronto la armadura se revuelve dentro de la vitrina y empieza a golpear los cristales con sus puños de pelo engominado. Pero no pasa nada eh, no sale y empieza a matar gente, no es una momia del antiguo egipto, no va a escapar y asesinar uno a uno a los arqueólogos (menos a una de ellos que se parece mucho a su difunta esposa, a esa no la mata). Tranquilos, no hay ninguna maldición, ni hechizos ni amuletos raros y además la vitrina es de cristal blindado.

La cosa es que la armadura está llena de piojos, está repleta de piojos descendientes de los piojos medievales que infestaban el pelo del puto noble francés medieval. Y bueno, los piojos estos han hecho una especie de civilización rara de vivir dentro del pelo, de moverse con el pelo, de mover el pelo incluso. En el pasado ayudaban al noble a pasear con su armadura por el medievo, con la ayuda de sus miles de piojos el noble combatía en batallas jodidas; la armadura combatía sola incluso, el noble podía echarse una siesta y despertarse con la batalla ganada. Creía que estaba hechizada, que cumplía su voluntad, pero solo eran unos piojos medievales superevolucionados tras cientos de generaciones naciendo en la misma masa de pelo.

Por supuesto que no van a desparasitar la armadura de pelo. No van a gasear a esos miles de piojos medievales, no sería ético. Van a reforzar el cristal de la vitrina y exponer la armadura viviente ante miles de turistas y curiosos. Además, el museo necesita el dinero.