Me gusta mucho ir a comer a Bioman porque tienen gatos sueltos por el local; gatos de todo tipo pero todos muy dóciles y acostumbrados al trato humano. Son gatos que llevan toda la vida trabajando en el restaurante aunque parezcan un poco pasotas paseando entre las mesas en realidad cumplen una función muy importante.
Están ahí para que los lamas para aliviar el picor si has comido algo muy picante como el pan de pulgas mexicanas.
Los gatos segregan una sustancia dulzona con el sudor que es perfecta para eliminar las trazas de sabor picante de la lengua. Es mucho más eficiente que beber leche o cualquier otra solución tradicional, es darle un lametazo a un gato y la lengua te deja de picar instantáneamente.
Esto es producto de la evolución natural eh, no ha sido cosa de la gente de Bioman; no ha habido cría selectiva ni ingeniería genética. No, todos los gatos son así, puedes probar con tu gato si quieres (si no tienes gato lo siento muchísimo por ti).
Los gatos han desarrollado este pelo antipicante no porque coman mucho picante sino porque su lengua solo siente el sabor picante. Al contrario de los humanos, que tenemos varias zonas perceptivas, los gatos solo tienen receptores de sabor picante en la lengua de tal forma que cualquier cosa que comen tendrá sabor picante.
Por eso su lengua es tan áspera, los receptores de sabor picante son más gruesos y rígidos, tienen forma como de anzuelo. Nosotros también los tenemos, pero en la lengua humana están localizados en la parte derecha de la lengua, por eso sentimos más áspera esa parte y somos más propensos a sufrir desgaste de piezas dentales y dolor en las encías de la parte de la derecha de la mandíbula.